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1ª Copa mundial de fútbol mujeres 30 años después

Actualizado: 14 abr 2021




1ª Copa Mundial de Fútbol-Mujeres

30 años después


Beatriz Vélez[1]

Patricia Vanegas Rivera[2]


El 8 de marzo, día internacional de las mujeres constituye un buen pretexto para recordar que este 2021 marcara 30 años de historia oficial del fútbol jugado por ellas. Fecha memorable ante todo por ensombrecer 130 años de historia oficiosa (no oficial) en la cual se registran los ires y venires de las acciones que las mujeres han emprendido, en todos los rincones del mundo, para alcanzar el derecho de jugar sin injustificables trabas de género.


Una historia ocultada por el brillo de equipos y clubes poderosos, no significa inexistencia histórica. En Colombia, nadie puede dudarlo, los frutos de esa historia constituyen un suelo firme para apoyar los proyectos de jóvenes deseosas de desarrollarse como atletas bajo condiciones seguras y sólidas, técnica y humanamente.

Si los amorosos del futbol en en el país conocen con minucia los detalles de la historia de sus clubes preferidos y se informan con juicio sobre los hechos de ese deporte, podríamos decir que la complejidad de ese deporte se les escapa aún ¿Cuántos periodistas deportivos en Colombia saben y cuánto del fútbol jugado por nuestras mujeres? Probablemente muy poco si nos atenemos al hecho de que la mayoría se apresta a hablar de su interés en practicarlo como si se tratase de una realidad reciente.

Ignorar las enseñanzas de una historia documentada y desconocer que, bajo condiciones inaceptables, las mujeres han estado existiendo sobre el terreno, han estado formando y acompañando jugadoras, creando clubes y torneos para ellas, es una muestra de que no se sabe todo del fútbol. Desconocer que desde que él existe, existe también la realidad oficiosa creada por el deseo y el juego concreto de ellas, no honra a quienes, creyéndose expertos en la materia, ignoran tales hechos.


Si algunos consideran la historia de las acciones de las mujeres como externa al fútbol, es necesario decir que su lectura va contra la verdad del proceso. La propia cabeza del futbol mundial FIFA, comenzó a promover la rama femenina, después de muchas dudas, a mediados de los 80. Ya en los 90, Blatter anuncio la formula ganadora sin ambajes: el futuro del fútbol se conjugaba en mujer.


Entonces 30 años de la oficialización del fútbol-mujeres obliga a repasar los datos irrebatibles de la historia no oficial de esas acciones de cambio, echando una ojeada rápida al rol no siempre honroso cumplido por el llamado Fútbol Asociado internacional, hoy FIFA.


El debut de la Copa Mundial Femenina


Siguiendo al historiador Xavier Breuil,[3] diríamos que la implantación del Torneo mundial de fútbol mujeres en 1991 (Copa Mundo hoy) debe leerse como la resultante de un concurso de fuerzas heteróclitas en pugna. Desde antes del comienzo de la 1ª Guerra hasta los años 50, las Asociaciones de fútbol en Europa y Asia se entrabaron en una disputa por el control económico, el dominio geográfico y la defensa de una jerarquía de poder. Mientras que en Europa se buscaba consolidar la rama masculina, en Asia y Oceanía el interés era desarrollar la rama femenina.


Hacia los 70, la Asociación de Fútbol Femenino WFA consigue realizar torneos nacionales y continentales aprovechando el desdén de la UEFA por el fútbol-mujeres, impulso extendido por los movimientos feministas y de contra-cultura. La Federación Internacional y Europea de Fútbol Femenino FIEFF con el apoyo de organizaciones de fútbol, clubes femeninos muy activos en el norte de Europa y alguna presión social y estatal, organiza el Campeonato del Mundo Femenino 1970. Allí participa Méjico y en la segunda edición se suma Argentina.


A mediados de los 80, la FIFA se compromete a desarrollar el fútbol-mujeres concibiendo una política y realizando, en 1988, un torneo piloto destinado a detectar la viabilidad de un torneo mundial de mujeres. Tal ensayo tiene lugar en China y se materializa igualmente en tal país en 1991 bajo la forma de Copa Mundial femenina y con la participación de 12 equipos. Ese evento, que señala una diferencia cronológica de casi 60 años entre la aparición de la 1a Copa Mundial Masculina (1930) y la 1a Copa Mundial Femenina, habla igualmente de la inequidad en el desarrollo del juego entre mujeres y hombres tolerada por la institucionalidad.


La realización cada cuatro años de este evento se ha sostenido hasta hoy. En tal secuencia se destaca la edición 2011 en Alemania probablemente por efecto de la participación de la exjugadora Steffi Jones en la ejecución del torneo, la determinación política de la Canciller Merkel y de la totalidad del gobierno. La edición 2019 en Francia es también notoria por el papel decisivo jugado por el equipo de realización de la Copa dirigido por la exfutbolista Brigitte Henríquez desde la vicepresidencia delegada en la Federación Francesa de Fútbol.


Las acciones de las mujeres han seguido produciéndose desde el umbral de la entrada a la oficialidad pues su presencia no parece ser del todo admitida por la lógica del boy’s club (club de los muchachos) que sigue regulando la cultura de fútbol.


Colombia bajo el radar

Mientras que desde los 80 las jugadoras de barrio intentaban, contra viento y marea, tallarse un puesto en canchas informales, las universitarias en Educación Física y Deportes, en especial, se interesaban, a falta de un torneo interuniversitario, en la práctica y promoción del microfútbol y fútbol de campo, creando equipos femeninos en distintas regiones del país. A finales de los 90 el fútbol de campo y el fútbol de salón se consolidan a nivel universitario con los torneos en la rama femenina de la ASCUN -Asociación Colombiana de Universidades -.


En 1991 la Federación Colombiana de Fútbol y su rama aficionada, la División Aficionada del Fútbol Colombiano – DIFUTBOL, en cumplimiento de un mandato de la FIFA realiza el primer Torneo Nacional interligas en la historia de Colombia apoyado por clubes locales. Hacia el 2005 se inicia la competición por categorías, sub-20 en 2005 y sub-17 en 2007. No sobra decir que el microfútbol, adoptado desde 1992, ha sido una alternativa para muchas jugadoras en todo el país porque bastan escenarios más pequeños y un número inferior de jugadoras.


En el mismo año se inicia el Campeonato Sudamericano Femenino Pre-mundial (llamada Copa América Femenina desde 2010) el cual clasifica al Campeonato Mundial Femenino y a los Juegos Olímpicos y Panamericanos. La Selección Colombia participa en 1998 bajo la dirección de un cuerpo técnico en el cual estaba vinculada una profesional en deporte, la Licenciada Margarita Martínez. Con apenas 15 días de preparación, Colombia consigue el 5º puesto, anota el primer gol a la Selección de Venezuela, el primer gol contra el invicto Brasil, y convierte el primer gol olímpico en la historia del fútbol femenino colombiano actuando en representación de la nación.


El Siglo XXI despega con proyecciones muy interesantes para el fútbol-mujeres como si el cambio de siglo estimulara nuevas perspectivas de acción a las forjadoras desde los 80. Combinando un trabajo en las canchas con un trabajo en el terreno de la institucionalidad, ellas crearon diversos proyectos de desarrollo y consolidación del fútbol. Apoyadas en sus experiencias y saber, fundan escuelas de formación exclusivamente para jugadoras en infantil y juvenil.


Así aparece la primera escuela-club dirigida exclusivamente al desarrollo del fútbol femenino infantil y juvenil, bajo la dirección de tres exjugadoras de la 1ª Selección Colombia 1998, Patricia Vanegas, Ruth Ortiz y Sonia Chala. Vanegas organiza también el Primer Torneo Oficial de Fútbol Femenino Juvenil de la Liga de Fútbol de Bogotá con la participación de 4 equipos: 3 colegios y el Club Internacional de Bogotá, campeón.

En 2001 este Club-escuela consigue participar en 4 torneos mundiales juveniles de clubes en Europa, logrando el Subcampeonato en Noruega ante equipos de 80 países. En 2002 el equipo infantil del Club realiza la misma gira y obtiene el tercer lugar en Dinamarca.


En el mismo año se inician contactos de acercamiento del fútbol profesional al femenino y se lanza en el Valle, el primer programa de desarrollo de fútbol-mujeres de la región, idea a la que se adhiere el Tolima con su propio programa.


En 2003 se produce un hecho rememorable con el nombramiento de una mujer a título de D.T de la Selección Colombia-mujeres. Para cumplir su misión, Myriam Guerrero se apoya en un equipo técnico formado con jugadoras experimentadas y profesionales de la formación en fútbol.


En 2004 se integra el fútbol femenino al cuerpo de deportes en los Juegos Nacionales y la Selección-mujeres participa por primera vez en los Juegos Bolivarianos, en 2017 gana el oro.


En 2008, aparece la nueva generación de jugadoras formada por exjugadoras en diferentes clubes del país. Este nuevo grupo logra ganar el Sudamericano Sub 17 y clasificar al primer mundial del fútbol-mujeres en Nueva Zelanda.


En 2009 se oficializa el torneo Copa Libertadores Femenina. En 2015 tiene lugar en Medellín bajo la impulsión de la exjugadora y directora del club Formas Íntimas, Liliana Zapata.


En 2010 se oficializa la primera Liga Profesional Femenina de Microfútbol (AMF no FIFA), se lanza el Futbol Sala femenino. Colombia clasifica al mundial sub-20 de Alemania y obtiene el subcampeonato en la Copa América de Ecuador 2010. La Selección clasifica por primera vez a la Copa Mundo Femenina de Alemania 2011, a los Juegos Panamericanos 2011 y a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El equipo Sub-17, ocupa el tercer lugar en el Sudamericano de la categoría y clasifica al Mundial de Azerbaiyán 2012. Una nueva Sub-17 logra el subtítulo Sudamericano 2013 y juega el Mundial de Costa Rica en 2014.


En 2014, Colombia obtiene la Plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en México. En septiembre la Selección Colombia queda subcampeona de la Copa América Femenina 2015, lo que le garantiza cupo al Mundial y a los panamericanos de 2015, así como a los Juegos Olímpicos de 2016.


En 2015 Colombia llega a Octavos de final en el mundial de Canadá y consigue la Plata en los Panamericanos.


En 2018 la Selección sub-17 participa en la Copa Mundial Femenina en Uruguay. El Deportivo Huila se corona como el primer campeón colombiano en la Copa Libertadores de América en Brasil. Obtiene Plata en los Juegos Suramericanos, alcanza la clasificación a los Juegos Panamericanos 2019 y gana la medalla de oro.


Actualmente, Colombia ocupa el 2º en la escala de selecciones de CONMEBOL -Confederación Sudamericana de Fútbol- después de Brasil y hoy está en el puesto 26 en la de la FIFA (18 de diciembre de 2020).


A manera de conclusión

El fútbol tiene una historia de hechos y cifras escrita por las acciones de las mujeres. Se trata de una historia oficiosa, no oficial, construida como en todas las sociedades, en el umbral de la institucionalidad y transcurrida por fuera del radar mediático. La puerta, apenas entreabierta al ingreso en la industria del futbol, no ha bastado para inmovilizar su deseo de jugar y ofrecer a través de las proezas de sus cuerpos en el terreno, el regocijo concreto y los momentos de encuentro y de placer que el juego aporta. Ciertos sectores de la población, aun en tiempos de guerra, han podido gozar de los actos de excelencia que consiguen realizar las atletas cuando cuentan con buenas condiciones de desarrollo a sus talentos, inteligencia y humanidad.


Sin protección institucional y luchando contra el sabotaje resultante del desdén oficial, de la injuria, el maltrato y la injusticia de género, el juego en mujer ha existido a un punto tal, que es gracias al pasado de esa historia que ese deporte puede ofrecer la calidad de la que que hoy disfrutamos en Colombia como en el mundo.


La justicia de género impele a rendir homenaje a las acciones determinadas y afirmadas de mujeres deseosas de explorar las competencias de sus cuerpos sin trabas al movimiento, deseosas de exponer sus talentos deportivos ante los ojos del público como lo exige ese oficio. Tales acciones deben ser leídas hoy con otros lentes porque en efecto, el comportamiento de las futbolistas, ayer como hoy, no encaja en los modelos de identidad de género propios a la cultura convencional del fútbol.


La razón más evidente de esa desarmonía descansa en el fundamento de base de la cultura en el fútbol. Aprobar el principio de hegemonía de un sexo (el boy’s club) y la protección de la diferencia radical entre los sexos induce a considerar ese deporte como inconveniente para quienes no actúen a titulo de hombres (las mujeres, los homosexuales, los niños, otras diferencias). Tal principio resulta entonces inadmisible después de los cambios provocados por los movimientos de contracultura de los 70, el feminismo y la comunidad LGBTplus.


La perspectiva no patriarcal del fútbol en la que hemos situado estas notas de reflexión sobre el género del cuerpo a partir de las vivencias de las futbolistas activas en Colombia, invita a seguir implementando diversas acciones colectivas en nuestra sociedad. Esta vez las resumimos como un aporte al conocimiento de la historia no oficial del fútbol-mujer que invitamos a integrar en el plano individual, pero ante todo en el plano colectivo. Así lograremos abrir de par en par la puerta de la institución y de los medios a las mujeres que han venido haciendo su tarea de cambio con una extremada responsabilidad y compromiso social en el terreno y más allá de los protocolos oficiales.

[3] Breuil, Xavier, Histoire du football féminin en Europe, 2011, Nouveau monde éditions, Paris.

[3] Breuil, Xavier, Histoire du football féminin en Europe, 2011, Nouveau monde éditions, Paris.


Columnistas invitadas:

BEATRIZ VÉLEZ

Socio-antropóloga del fútbol

Investigadora independiente IREF, Montréal.






PATRICIA VANEGAS

Exfutbolista Pionera de 1a Selección Colombia en 1998

Gestora del deporte femenino

Consultora de marketing y negocios del deporte.

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